|
|
|
|
|
|
|
|
|
 |
|
 |
|
Había un joven, muy entregado a Dios,
que a causa de su fe
en Cristo iba
a ser quemado en una estaca al día siguiente. En la
misma celda donde el estaba encerrado, estaba
también un anciano encarcelado por la misma razón,
pero con muchos años más como creyente y mayor
experiencia en los
caminos de el Señor.
|
|
Más tarde, cuando ya estaba oscureciendo, el joven
encendió un fósforo para encender una vela y tener
luz en la celda. Mientras lo hacía, se quemó un
dedo, gritando muy fuerte. Al ocurrir esto, le dijo
a su compañero de celda, el anciano, la siguiente
pregunta:
¿Como podré soportar ser quemado en la estaca
mañana, si hoy no puedo si quiera soportar quemarme
un dedo con un pequeño fósforo?
El anciano, con mucha paz, le respondió:
Jovencito, Dios no te pidió nunca que te quemarás el
dedo, por eso no hay gracia para ello. Sin embargo,
Él te está pidiendo que mueras por tu fe en Él, así
que en ese momento la gracia también
llegará.
Sin importar cual sea tu situación, si tu fe está
puesta en Cristo,
Dios estará ahí para respaldarte y derramar su
gracia sobre ti. Recuerda que Él tiene el control. Dios
tiene un plan para
manejar todo a lo que nos podamos enfrentar en la
vida. Su gracia es suficiente para satisfacer todas
nuestras necesidades y cubrir todas nuestras
debilidades.
"Cada vez él me
dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas;
mi poder actúa mejor en la debilidad». Así
que ahora me alegra jactarme de mis
debilidades, para que el poder de Cristo
pueda actuar a través de mí."
|
|
|
|
 |
 
|

|