Así
pues,si habéis sido
resucitados con Cristo, buscad las cosas de arriba,
donde se encuentra Cristo, sentado a la derecha de Dios;
pensad en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Pues vosotros habéis muerto y su vida está ahora
escondida con Cristo, en Dios.
Cuando
se manifiesteel que es
nuestra vida, Cristo, vosotros también estaréis en
gloria y vendréis a la luz con él.
Por
tanto,haced morir lo que
os queda de vida <<terrenal>>, es decir: inmoralidad,
impurezas, pasión desordenada, malos deseos, y esa
codicia con la que uno se hace esclavo de ídolos. Estas
son las cosas que atraen los castigos de Dios.
Vosotroshabéis
seguido un tiempo este camino, y vivíais en tales
desordenes. Pues bien, ahora rechazad todo eso: enojos,
malas intenciones, ofensas, y que no salgan groserías de
vuestra boca. No os mintáis unos a otros.
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