Recuérdales
estas cosas y diles insistentemente en nombre de Dios
que dejen las discusiones de palabras, que no son de
ningún provecho, sino que perjudican a quienes las
escuchan. Trata de estar siempre a disposición de Dios
como servidor irreprensible, como un obrero que no tiene
de qué avergonzarse, buen distribuidor de la palabra de
verdad. No participes de sus conversaciones inútiles y
extrañas a la fe, que solamente los hace progresar en la
ignorancia de Dios. Son doctrinas que se propagan como
la gangrena: Pienso en Himeneo y Fileto. Ellos se
apartaron de la verdad, afirmando que la resurrección ya
tuvo lugar, con lo que arruinan la fe de algunos.
A pesar de todo,
no se hunden los sólidos cimientos puestos por Dios, en
los cuales está inscrito:El
Señor conoce a los suyos, y aléjese de la maldad quien
invoca el nombre del Señor.
Además,
en una casa rica no hay sólo vasos de oro y plata, los
hay también de madera y de barro. Unos se destinan a
usos especiales, otros para usos corrientes. Si alguien,
pues, trata de no cometer las faltas de que hablo, será
un vaso noble, santo, útil al Señor, apropiado para toda
obra buena.
Evita,
pues, los deseos desordenados, propios de la juventud.
Busca la justicia y la fe, y procura vivir en amor y paz
con los que confían sinceramente en el Señor.
En cuanto a las cuestiones
tontas e inútiles, evítalas. Bien sabes que originan
peleas, y un servidor del Señor no debe ser peleador; al
contrario, debe ser comprensivo para con todos,
dispuesto a enseñar y paciente frente a las
incomprensiones. Con dulzura tiene que reprender a los
rebeldes: quizá Dios les conceda que se conviertan y
descubran la verdad, liberándose de los lazos del
diablo, que los tiene sometidos a su voluntad.
Has de saber que en los últimos días habrá momentos
difíciles. En efecto, los hombres serán egoístas,
amantes del dinero, farsantes, orgullosos, chismosos,
rebeldes con sus padres, ingratos, sin respeto a la
religión. No tendrán cariño ni sabrán perdonar; serán
calumniadores, desenfrenados, crueles, enemigos del
bien, traidores, sinvergüenzas, llenos de orgullo, más
amigos de los placeres que de Dios. Ostentarán
apariencias de piedad, pero rechazarán sus exigencias.
Evita a esa gente.
De la misma clase son también los que se meten por las
casas, engañando a mujeres infelices, llenas de pecados,
movidas por toda clase de pasiones, que siempre están
aprendiendo y nunca llegan al conocimiento de la verdad.
Estos hombres siguen el ejemplo de Janés y de Jambrés,
que se opusieron a Moisés; ellos también están
descalificados en cuanto a la fe y con su mente
pervertida se oponen a la verdad. Pero no irán muy
lejos, porque su locura será desenmascarada a la vista
de todos, como les pasó a esos dos.
Tú por el contrario, has seguido de cerca mi enseñanza,
mi modo de vida, mis proyectos, mi fe, mi paciencia, mi
caridad. Sabes lo que me pasó en Antioquía, Icono y
Listra. ¡Cuántas persecuciones tuve que sufrir¡ Y de
todas me libró el Señor. Pues todos los que quieren
servir a Dios en Cristo Jesús serán perseguidos,
mientras que los pecadores y los embusteros avanzarán
más y más en el mal, juntos los engañadores y los
engañados.
Tú quédate con lo que has aprendido y que te ha sido
confiado, sabiendo de quiénes lo recibiste. Además,
desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras. Ellas te
darán la sabiduría que lleva a la salvación mediante la
fe en Cristo Jesús.
Todos los textos de la Escritura son inspirados por Dios
y son útiles para enseñar, para rebatir, para corregir,
para guiar en el bien. La Escritura hace perfecto al
hombre de Dios y lo deja preparado para cualquier buen
trabajo.