No juzguéis
y no seréis juzgados; porque de la manera que juzguéis
seréis juzgados y con la medida con que midáis os
medirán a vosotros. ¿ Por qué ves la pelusa en el ojo de
tu hermano y no ves la viga en el tuyo? ¿ Cómo te
atreves a decir a tu hermano: Déjame sacarte esa pelusa
del ojo, teniendo tú una viga en el tuyo? Hipócrita,
sácate primero la viga que tienes en el ojo y así verás
mejor para sacar la pelusa del ojo de tu hermano.
No déis
las cosas sagradas a los perros, ni echéis vuestras
joyas a los cerdos. Ellos podrían pisotearlas y,
después, se lanzarían encima de vosotros, para
destrozaros.
Pedid y se os dará;
buscad y hallaréis; llamad a la puerta y os abrirán.
Porque el que pide, recibe; el que busca, halla, y al
que llame a una puerta, le abrirán.
Quién de vosotros
da una piedra a su hijo si le pide pan, o una culebra si
le pide pescado. Si vosotros que sois malos, sabéis dar
cosas buenas a vuestros hijos, con mayor razón el Padre
Celestial, Padre de vosotros, dará cosas buenas a los
que se las pidan.
Entonces,
todo lo que vosotros desearíais de los demás, hacedlo
con ellos: ahí tenéis toda la biblia.
Entrad por la puerta angosta,
porque la puerta ancha y el camino amplio conducen a la
perdición y muchos entran por ahí. Angosta es la puerta,
y estrecho el camino que conducen a la salvación, y son
pocos los que dan con él.